miércoles, 27 de abril de 2016

La Gran Barrera Arrecifal, ¿al borde del colapso?

Entre los varios focos rojos encendidos por el cambio climático global, uno de los que provoca mayor preocupación es la salud de los corales en los mares tropicales de todo el planeta.

El deterioro en algunas zonas de la Gran Barrera es alarmante
   En ese sentido, la semana pasada se dio a conocer un estudio encabezado por Terry Huges del Centro ARC de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral en la Gran Barrera Arrecifal Australiana, el cual mostró que 93% de este ecosistema ha sido devastado por el fenómeno conocido como blanqueamiento del coral, en lo que ya se considera el peor evento de este tipo del que se tenga registro. Vale mencionar que la Gran Barrera es el arrecife más grande del mundo y está catalogado como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

   El fenómeno del blanqueamiento ocurre debido a las altas temperaturas oceánicas ocasionadas por el calentamiento global, conjugadas con un fenómeno de El Niño especialmente fuerte, del que ya hemos hablado en Primer Movimiento.

   Mediante observaciones aéreas y de inmersión, los científicos del Centro ARC encontraron que hasta 80% de la zona Norte y 30% de la zona Centro de la Gran Barrera se encuentran blanqueadas, y compararon la gravedad de la situación con el paso de 10 huracanes por la zona.

   Los resultados son tan alarmantes que llevaron a Huges a comentar en su cuenta de twitter que, luego de revisar los resultados con sus estudiantes, el grupo académico rompió en llanto.

   Pero ¿por qué nos debe importar la suerte de estos ecosistemas?

   Los corales son animales del orden Cnidaria que tienen una relación simbiótica con un grupo de algas unicelulares llamadas zooxantelas, las cuales proporcionan la mayor parte de los nutrientes a través de la fotosíntesis, y ambas viven en extensas agrupaciones que constituyen una especie de selva oceánica.

   El incremento de las temperaturas marinas, así como el fenómeno de acidificación de los océanos, causado también por el exceso de bióxido de carbono en la atmósfera, provoca que las algas mueran. Si las condiciones negativas se mantienen mucho tiempo, los corales también perecen.

   Los arrecifes se cuentan entre los ecosistemas más biodiversos y productivos del planeta, pueden albergar centenas de especies de corales y algas y miles de especies de peces, y se consideran un banco de germoplasma que podría aportar descubrimientos farmacéuticos y biotecnológicos, además sirven como barrera contra los huracanes y son, junto con los manglares, sistemas vitales para las pesquerías.

   De hecho la Gran Barrera Arrecifal aporta $4 mil millones de dólares anuales a la economía australiana tan sólo por las actividades turísticas, además de mantener 70 mil puestos de trabajo, de acuerdo con la Autoridad de ese Parque Natural.

   El Dr. Ove Hoegh-Guldberg, de la Universidad de Queensland en Australia, señala que si bien es cierto que algunas especies de coral resisten mejor que otras frente al estrés provocado por temperaturas del mar más cálidas de lo normal, la magnitud de estas diferencias es sólo de uno o dos grados Celsius.

   Si recordamos, como hemos comentado en primer movimiento, es que incluso las proyecciones moderadas de cambio climático, calculan una elevación de las temperaturas superior a 2 ó 3 grados, lo que representaría un impacto muy severo para los arrecifes. Si a esto le sumamos que esto está ocurriendo en un intervalo muy corto de tiempo, de apenas una o dos décadas, el reto para las capacidades de adaptación de estos ecosistemas es enorme.

   El Dr. Ove propone cuatro acciones urgentes para salvar a la Gran Barrera y a otros arrecifes en el mundo:
  1. Mitigación, es decir, hacer realidad los acuerdos de París firmados el pasado día de la Tierra, e impedir que las temperaturas globales se eleven por encima de 1.5, máximo 2 grados, adoptando una vía de desarrollo que baje a cero las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en las próximas décadas.
     
  2. Invertir en serio en energías renovables y dejar al menos el 80% de los combustibles fósiles debajo de la Tierra.
     
  3. Fortalecer a los ecosistemas combatiendo otras amenazas, como la sobrepesca y la contaminación de los ríos que desembocan en el mar, para mejorar la resiliencia de los arrecifes.
     
  4. Fortalecer las acciones locales que construyan sustentabilidad.

   Y cita a Sir David Attenborough en su llamado para salvar a la Gran Barrera Arrecifal: "¿Realmente nos importa tan poco la tierra sobre la cual vivimos, que no deseamos proteger una de sus más grandes maravillas de las consecuencias de nuestro comportamiento?"

   Esperemos que la respuesta sea que sí, sí nos importa, y estemos a tiempo de actuar.

Editorial del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad en el noticiario Primer Movimiento de Radio UNAM, emisión del martes 26 de abril de 2016.
Mireya Imaz, Marjory González. 2016, PUES-UNAM. México.
(Se autoriza la reproducción citando la fuente).


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